Powered By Blogger

lunes, 25 de junio de 2012

CROMATICA



El término ‘círculo cromático’ es utilizado para hacer referencia a la forma de representación geométrica y plana de los colores. El círculo cromático no es más que una simbolización de la escala de colores que forman el universo y que el ser humano puede observar con su visión. Estos colores están dispuestos de manera escalonada y progresiva entre diferentes tonos del mismo color que acercan a uno  u otro color distinto.
En el latín, y más exactamente en chromatĭcus, es donde se encuentra el origen etimológico de la palabra cromático. No obstante, hay que subrayar que el mencionado término latino procede a su vez del griego Χρωματικός.
Una vez dejado todo ello claro es necesario determinar el significado del concepto que nos ocupa, que es un adjetivo con el cual se define a todo aquello que pertenece o se refiere a los colores. Así, partiendo de dicha acepción, nos encontramos con que podemos hablar de lo que se conoce como círculo cromático. Este es un círculo que se confecciona distribuyendo a lo largo de él toda la serie de colores que dan lugar al segmento de la luz.
No obstante, dicho término también tiene un segundo significado que, en este caso, va en relación a lo que es otro arte: el musical. Así, dentro del ámbito de la Música  es empleada la palabra cromático para referirse a un género, dentro de los tres existentes en aquella disciplina, que se caracteriza porque procede de semitonos.
Un campo en el que además se utiliza esta palabra para acompañar a otras con las que forman términos específicos tales como semitono cromático o diatónico cromático.
Pero no acaba aquí. Este concepto es además utilizado en el ámbito de la óptica y lo es para hacer referencia a un material (que puede ser un cristal o un instrumento específico) que se define porque al utilizarlo para visionar se perciben los distintos objetos con un contorno con los colores del arco iris.
El color es más que un fenómeno óptico y que un medio técnico. Se manifiesta en otros ámbitos del ser humano, como el físico, el fisiológico, el perceptual, el psicológico, entre otros. Los colores tienen la capacidad de afectarnos o influenciarnos, e incluso de llevarnos a diferentes sensaciones. Esto es producto de un fenómeno psicofisiológico, como también por un fenómeno puramente psicológico. 
En el ámbito psico-fisiológico, nos referimos a la sinestesia cromática. Fisiológicamente se denomina sinestesia a la sensación secundaria o asociada producida en un punto del cuerpo humano, como consecuencia de un estímulo aplicado en otro punto diferente. 
Psicológicamente las sinestesias son imágenes o sensaciones subjetivas, características de un sentido, que vienen determinadas por la sensación propia de un sentido diferente. En la perspectiva psico-fisiológica la diferencia entre sensación y sinestesia se basa, principalmente, en que la sensación es el acto mental por el que entramos en contacto con el entorno que estamos sintiendo, mientras que la sinestesia es el acto puramente cerebral en el que no interviene el objeto percibido, no existe una real lectura de este, sino que es la actitud mental de las imágenes entre sí. 
El proceso de sinestesia se produce porque los órganos de percepción humana traducen la información que portan las ondas de radiación energética a su lenguaje, a su correspondiente sistema –acústico, visual, olfativo, háptico; entonces la sensación primaria (lo que realmente estamos percibiendo) llega determinada por dicha traducción al cerebro, el cual, obtiene las imágenes mentales o vivencias del mundo que nos rodea. Podemos decir entonces, que el proceso sinestético se da a través de una vinculación entre sensación percibida y sensación decodificada. 
Una sinestesia cromática provocada por una determinada sensación puede parecer una cualidad del objeto emisor, es decir, que quien experimenta la sinestesia siente inclinación a suponer que dicho fenómeno forma parte del entorno, del objeto; cuando en realidad lo que vemos forma parte del mensaje, de la radiación emitida según la impresión sensorial del receptor. 
Más claramente esto se da cuando ciertos colores nos aparecen ligados a sensaciones físicas, como por ejemplo, del gusto o del tacto. Ciertos tonos de naranja, amarillo y verde pueden parecernos ácidos al gusto, porque los asociamos al color de las frutas cítricas: naranja, limón y pomelo. Por su parte colores claros y pasteles como el rosado, tonalidades de amarillo pálido y celeste, pueden parecernos más dulces, porque los asociamos a los colores de los caramelos o de los malvaviscos. Ciertos colores fuertes y saturados pueden aparecer como duros al tacto, ya que dura es también la forma en que llegan a nuestros ojos, llamando mucho la atención y destacando por sobre otros colores en la misma composición. Contrariamente, los colores más pasteles y menos saturados, los percibimos como blandos al tacto, puesto a que no se resisten a combinarse entre sí y llaman menos la atención.






No hay comentarios:

Publicar un comentario